¡FELIZ NAVIDAD Y
PRÓSPERO
CONSUMISMO!
Como todos los años llega diciembre y tenemos por costumbre
relacionarlo con la Navidad, la llegada de un nuevo año… pero este año se
supone que iba a ser diferente, es decir la crisis impediría que muchas
familias no pudiesen tener sus regalos debajo del árbol, pero en vez de esta
situación nos encontramos con que cuanto más nos acercamos al 24 de diciembre,
los centros comerciales se convierten en batallas campales para conseguir los
regalos que tan felices hacen a los niños como adultos.
¿Entonces estamos o no estamos en época de crisis? Si es
cierto que la situación no es todo lo idílica que debería ser, pero aun así
mucha gente compra por encima de sus posibilidades, pero también entiendo que a
pesar del momento por el que pasamos, la ilusión que tiene un niño el día de
Navidad de ver que Papá Noel se ha acordado de él trayéndole una Play Station,
un muñeco de última generación, la muñeca de la que todas las niñas
presumen…debe suponer un aprieto para todos esos padres que tienen que repartir
todo el dinero que reciben por muy escaso que sea.
Por eso podemos decir que vivimos en una sociedad de
consumismo, estos días todas las cadenas emiten anuncios sobre los productos
estrella y nosotros caemos en la trampa de correr a la tienda más cercana a por
todo tipo de regalos. Porque a pesar de que con lo mínimo nos conformaríamos
siempre queremos lo último, algo de lo que los demás no puedan presumir. Y eso
quizás es lo que hace que estemos mal acostumbrados, porque se supone que estas
fiestas son para pasarlas en familia, disfrutar de una buena cena, y comer las
uvas el 31 rodeados de todos nuestros seres queridos.
Así que deberíamos empezar a bajar nuestras expectativas
referidas a regalos navideños, disfrutar
de poder decir que tenemos un hogar en el que pasar las fiestas, porque mucha
gente no va a poder hacerlo. Este año 2012 ha sido duro, recortes, desahucios,
huelgas… y por eso se han creado muchas campañas sobre recogida de alimentos,
juguetes y demás para que la gente menos afortunada pueda disfrutar de estas
fiestas.
Se acaban las clases, las estaciones de esquí empiezan a
abrir sus pistas, las ciudades se visten con sus mejores luces…por eso tenemos
que aprender a ahorrar ese dinero que íbamos a gastarnos en un regalo que a lo
mejor no merece tanto la pena como darnos un festín para olvidarnos de lo
pasado.
Y si es cierta la predicción de los mayas, ¿Para qué
gastarnos el dineroen regalos que no llegaremos a entregar? ¿Por qué ponernos a
hacer listas de regalos para la familia? Porque no simplemente sentarnos y
relajarnos en estas dos semanas de vacaciones navideñas.
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