viernes, 23 de mayo de 2014

YUKI.
Érase una vez, una alpaca llamada Yuki, tenía poderes mágicos, como, volar, sumergirse en el agua durante 72.046 horas, teletransportarse...; sin embargo, no podía hacerse invisible. Yuki, resolvía los problemas de la ciudad. Un día, una señora estaba atrapada en un ascensor y no podía salir, y Yuki se teletransportó a dentro del ascensor, después se teletransportó fuera del ascensor con la señora y la salvó. Una vez, Yuki estaba intentando salvar a un perro que estaba atrapado en un árbol y se pinchó con unas ramas en los ojos y se quedó ciega. Todo el mundo estaba muy preocupado porque Yuki no podía salvar la ciudad. Pasaron días y días y días y días y días y meses y años y no se recuperaba. Una vez, Yuki estaba fregando los platos, los vasos, los cuchillos; sin embargo, no fregaba cucharas. Estaba a tientas y de repente, ¡PA!, le picó un bicho de aspecto indefinido con cabeza redonda, patas superlargas y con uno de sus dos cuernos de oveja pinchó a Yuki en la mano. El veneno del bicho, hizo que Yuki pudiese ver. Entonces, volvió a su ''trabajo''. Un día, un hombre se estaba hundiendo en el agua y Yuki tenía 72.046 horas para salvarle, ¡Que suerte!, justo las que podía sumergirse en el agua. Entonces, como siempre, consiguió salvarle. Pasaron 3 años y Yuki seguía consiguiéndolo. Un día, Yuki encontró a una alpaca que se llamaba Paca y le caía muy bien a Yuki. Entonces, Yuki se mudó a la casa de Paca. Entonces, Yuki convenció a la otra alpaca para que le ayudase a salvar la ciudad y ella quiso. Paca tenía superpoderes diferentes a los de Yuki entonces se los enseñó. Y Yuki le enseñó sus superpoderes a Paca. Entonces, entre las dos eran superpoderosas. Entre las dos salvavan la ciudad más fácil que solo con Yuki, Entonces la ciudad estaba aún mas contenta y las alpacas también.

Conseguirán Yuki y Paca seguir salvando la ciudad? O morirán las dos? Para saberlo mire la segunda parte de ''Yuki, la alpaca''.


 Pablo Trincado Pérez
                                   EL CEBRACORNIO
Había una vez, en África del Sur,una tribu llamada Jonchina. En Jonchina,  los habitantes no estaban muy contentos; sin embargo, estaban bastante avanzados para donde vivían. En las chozas donde vivían, había muchos, muchos bichos; en la comida desechos y no había baño.Un día, cuando estaban desesperados, vieron una luz en el cielo. Aquella luz venía de un arcoiris, (que era el primero que hubo en años). De esa luz salió una cebra pero tenía un cuerno, con el cual parecía un unicornio. Sus habitantes lo llamaron cebracornio. El cebracornio se acercó y dijo:
-Me parece que teneis un problema. ¿Por que no me contais lo que os pasa?
Los habitantes de Jonchina dijeron:
 -Es que no tenemos ni comida ni agua, ¿nos ayudas?
 -¡Claro que si!- exclamó el cebracornio - Debeis ir a aquella montaña.
 Aunque estaba muy lejos, algunos de los habitantes de Jonchina fueron. El resto decía que no valía la pena.
Cuando llegaron, se encontraron con un montón de comida. Al volver a la tribu, los que se quedaron dijeron:
-¡Que buena pinta! ¿Nos dais un poco?
-¡No!- dijo un anciano- Hubierais ido y no quedado aquí.
Al final, todos vivieron  felices menos los que no fueron a la montaña, que acabaron muriendo.
Moraleja: Detrás de un esfuerzo, hay una recompensa.


Mauro García Juncal.
ANTÓN.
Erase una vez un ratoncito llamado Antón,es muy humilde y tímido ;sin embargo,el ratoncito tiene un secreto que nadie se imagina que sea posible y es que el lleva una doble vida;sin embargo,el tampoco quería llevar una doble vida, pero bueno ni el ni nadie porque su otra vida era de supervillano,porque por las noches cuando duerme es sonámbulo y el sin darse cuenta destrozaba la ciudad,luchaba contra policías vamos que hacia de todo menos nada bueno. Un día el ratón Antón decidió luchar contra su sonambulismo,lo intento con medicaciones,con pastillas y con tratamiento psicológico pero no había manera de luchar contra ese problema,hasta que un día,un amigo suyo se dio cuenta de su problema y le dio un tipo de pastillas llamadas Sonambulin y el ratón Antón se decidió a probarlas,y...¡Si!Hicieron efecto al problema,de hecho esa noche no se movió ni siquiera de la cama,lo malo era que tenia efectos secundarios como ansiedad, des concentración e histeria .Entonces,el ratón Antón se desespero tanto que rompió las pastillas,y de una cosa que no se había dado cuenta era que en la letra pequeña ponía que solo hacia efectos la primera vez y claro el ratón Antón las tiro porque no quería sufrir los efectos secundarios. Entonces,el ratón Antón se quedo sin las pastillas y volvió a ser sonámbulo y ha hacer cosas malas por las noches.

Conseguirá el ratón Antón buscar la solución a su problema. Lo descubriremos en el próximo relato.

RAÚL CRISENTI.