miércoles, 20 de marzo de 2013

CANTIDAD / CALIDAD.


Cantidad no es lo mismo que calidad

Según los últimos estudios realizados, España es uno de los países con peores resultados a nivel escolar,  somos de los que más horas lectivas tenemos y mayor cantidad de deberes a la salida de la escuela (la media está entre 2 y 3 horas). ¿Cómo es posible que en otros países del mundo tengan menos clases y mejores resultados escolares?  
Muchos expertos lo asocian a la mentalidad del país, es decir, en España el sistema educativo está basado en la abundancia de lecciones discursivas del profesor, muchas materias, el poco aprovechamiento del tiempo escolar y un hecho que actualmente cada vez tiene más repercusión: la infravaloración del profesor y la baja cualificación que tienen tras terminar su formación, quienes muchas veces no son capaces de resolver dudas básicas a los alumnos.
Esto no ocurre en otros países, véase Finlandia, en dónde la carrera de magisterio es una de las que tienen mayor nota de corte, superando incluso a medicina y la cual cuenta con durísimas pruebas de selección para comprobar si los futuros educadores del país son aptos o no.
Otro punto de tensión en la educación Española es la cantidad de tiempo que pasan los niños haciendo los deberes en casa y estudiando para poder responder en los exámenes al pie de la letra como se les pide a menudo. Sin embargo, todo ese esfuerzo y ese desgaste personal no dejan de situar a España entre los países con más fracaso escolar.
Como contraste tenemos a  los países escandinavos, líderes europeos en educación, en donde los niños dedican, como mucho, 30 minutos diarios a los deberes.  Allí mentalizan o asocian lo divertido con el ir a clase o como algo entretenido, en donde las paradas para el recreo son más y tanto los deberes como los exámenes son menos. Es decir, las clases son más dinámicas y se valora por encima lo práctico a lo teórico.
A partir de estos datos, yo me preguntaría, si sería necesario suprimir las tareas para casa y así dejar este tiempo para estar con la familia y relacionarse. Puede ser que este desgaste en las edades más tempranas  provoque que el estudiante, cuando llegue a niveles más elevados, se encuentre “quemado” y a consecuencia exista un mayor abandono escolar.
Todo esto hace que nos preguntemos y reflexionemos sobre lo que está pasando. Crear nuevas alternativas pedagógicas para solucionar este gran problema que tiene España y que lleva arrastrando varias generaciones es una de las opciones más valoradas.

Lucía Linares Obarrio 4º ESO

No hay comentarios:

Publicar un comentario