miércoles, 9 de noviembre de 2011

La isla del Herro.

El Hierro, esperando la gran erupción.

Durante muchos años ha permanecido olvidada, en silencio y lejos de todo, pero desde finales de verano, la isla más pequeña del Archipiélago Canario, se ha convertido en el centro de atención mundial ante la posibilidad de que un volcán desate su fuerza.

El Hierro, declarada en el año 2000 Reserva de la Biosfera, vive básicamente del turismo, ya que muchos extranjeros deciden pasar aquí sus vacaciones, gozando del excelente clima debido a su situación geográfica y su maravilloso fondo marino.

Como el resto de las islas Canarias, su origen es volcánico, y además, fue la última en formarse (hace más de un millón de años), por lo que los temblores sísmicos de poca intensidad son un fenómeno bastante habitual en el Hierro.

Pero lo que no es tan normal es que en un período de 3 meses se hayan llegado a registrar algo más de 9.000 pequeños temblores en la isla. Esa es la razón por la que ahora haya un ir y venir de científicos en todo este territorio anotando todos los datos posibles que puedan llevar a una explicación sobre lo ocurrido.

Cuando se empezaron a sentir los primeros temblores, los herreños desconfiaron sobre lo que estaba sucediendo, pero los geólogos no establecieron ningún protocolo de seguridad para que la población no se alarmase y decidieron no darle mucha importancia al asunto.

A medida que fueron transcurriendo las semanas, los seísmos se iban intensificando y los medios de comunicación empezaron a informar sobre todo lo que estaba ocurriendo en esa pequeña isla de poco más de 10.000 habitantes.

Al ver que las erupciones volcánicas eran más frecuentes de lo que esperaban, el gobierno decidió cortar el tráfico en el túnel de los Roquillos para evitar desprendimientos. Otra medida de prevención fue, trasladar a parte de la población que vivía en el sur de la isla para el norte, ya que esta zona estaba menos afectada. Pero aún así, se intentaba que la vida cotidiana fuese lo más normal posible. Los científicos animaban a los herreños diciendo que la erupción era pequeña y sin peligrosidad, pero, en mi opinión, lo verdaderamente importante no es calmar a la población diciendo que no ocurre nada, sino que hay que informarlos de la realidad.

A pesar de estos problemas, los científicos no podían hacer nada para solucionar todos los problemas que la erupción del volcán submarino estaba ocasionando.

Las consecuencias de este fenómeno natural aún están por ver, pero el turismo ya ha caído en picado, al igual que la actividad pesquera y el submarinismo, los cuales se han suspendido debido a la lava y gases que el cráter expulsa a la superficie y que afectan a la flora y fauna marina.

Actualmente, hay muchas especulaciones sobre lo que puede ocurrir: va a surgir una nueva isla, solo es una erupción un poco más grande… Pero, ¿qué es realmente a lo que nos estamos enfrentando, y que consecuencias va a tener para la isla del Hierro?

LUCÍA LINARES. 3º E. S. O.

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